Segunda parte del artículo de nuestro Vicepresidente Jaime Darder en la Gaceta Náutica.
El pasado 18 de diciembre, escribí un artículo titulado “La Agresión Interminable”, comentando cómo da la impresión de que en este país se está intentando acabar con la náutica recreativa. Y ello con cosas como la hiperregulación en materia de equipos de a bordo, titulaciones excesivamente teóricas, requisitos de homologación que van más allá del marcado CE, sanciones excesivas, tasas como las de señalización y rescate marítimo (T0), lámina de agua (T5), impuesto de matriculación, cánones excesivos, etc…. Añadamos un decreto de “protección” de la posidonia que ataca el fondeo pero ignora la destrucción de la posidonia causada por vertidos de aguas sucias… Y ahora llega la tasa sobre trabajos de mantenimiento y reparación de buques y embarcaciones en zona portuaria que puede llegar al 2’5% del presupuesto de los trabajos a realizar.
Es una tasa contemplada en la Ley de Puertos, aunque la única Autoridad portuaria que ha intentado aplicarla es la de Baleares, cuyo Consejo de Administración la aprobó por unanimidad, con la anuencia de las patronales APEAM y CAEB, además de los representantes de los sindicatos presentes en el mismo.
Podría parecer que no es para tanto, pero cuénteselo Vd. a las empresas del sector, y a los navegantes recreativos, que ya contribuyen al presupuesto de la APB con más del 50% de su recaudación y cuyos barcos concentran la inmensa mayoría de los trabajos afectados por el “tasazo”.
Sigo sin entender cómo los sindicatos apoyan una medida que puede dejar sin empleo a muchos trabajadores, y que las patronales no defiendan los intereses de las empresas y autónomos del sector ante este atropello. La única asociación empresarial que se opuso fue ANEN, en la que se integra AENIB.
La reacción de los empresarios, al margen de estas dos asociaciones, fue fulminante; y también la de los navegantes, con una protesta generalizada en la que el Presidente de la APB fue abucheado durante la sesión explicativa celebrada en la sede de la Cámara de Comercio y Navegación de Baleares.
Ante el temporal, el Consejo de Administración de la APB plegó velas, aplazando seis meses la aplicación del “tasazo”. Teóricamente para buscar soluciones dirigidas a reducir o eliminar su impacto sobre un sector que el Govern califica como estratégico mientras es pateado incesantemente por las administraciones públicas.
Seguro que los empresarios afectados permanecerán alerta por si estamos ante un intento de calmar las aguas para pillarles nuevamente por sorpresa y, con ellos, estaremos las asociaciones de navegantes, Anavre, de la que soy Vicepresidente, y a buen seguro también ADN.
Nuevamente, una administración pública pone en su contra a la comunidad náutica. Bueno, no a todos, CAEB, APEAM y los sindicatos votaron a favor y sólo han reaccionado ante la protesta… sus dirigentes deberían hacérselo mirar y plantearse la conveniencia de seguir en sus cargos. A mí, el cuerpo me pide excluirles de cualquier foro atañente a la comunidad náutica, aunque sus afiliados no tienen la culpa de la miopía de sus dirigentes.
Michael Ende escribió la Historia Interminable, D. Juan Gual de Torrella y su APB están escribiendo el más reciente capítulo de la Agresión Interminable, aunque tal vez tengan que “desescribirlo”, ya veremos cómo acaba.